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Que lleva una picada vegetariana

 Qué lleva una picada vegetariana

En Argentina, la picada es casi una institución nacional. Esa costumbre deliciosa de reunirnos alrededor de una tabla repleta de sabores es mucho más que comida: es sinónimo de encuentro, risas y complicidad.

Pero si pensás que una picada necesita embutidos o jamón para ser completa, es hora de descubrir un secreto: la picada vegetariana puede ser igual de tentadora, sofisticada y variada. Incluso, bien armada, puede robarse todos los aplausos.

 

 

Los quesos

No importa si es clásica o vegetariana: ninguna picada existe sin quesos. Ellos son el alma de la tabla, los que generan ese efecto irresistible de volver por “solo un pedacito más”.

En una picada vegetariana gourmet no pueden faltar:

Queso Brie o Camembert: suaves, cremosos y con un dejo elegante que se funde en el paladar.

Fontina o Gouda argentino: ideales para quienes disfrutan sabores equilibrados y mantecosos.

Quesos saborizados o de autor, con hierbas frescas, ajo y perejil, pimienta o incluso trufas.

Untables y terrines, como un cream cheese con ciboulette, perfectos para combinar con grisines o crackers.

 

 

Vegetales gourmet

La diferencia de una picada vegetariana está en cómo los vegetales se convierten en protagonistas. No se trata de “acompañar”, sino de destacar con creatividad.

Algunas opciones que no fallan son:

Tomates secos en oliva, con su dulzor concentrado y su toque mediterráneo.

Berenjenas grilladas o en escabeche, que aportan sabor ahumado y especiado.

Champiñones a la provenzal, suaves, aromáticos y siempre bien recibidos.

Pimientos asados en aceite de oliva y ajo, llenos de color y energía.

Pinchos capresse, con tomatitos cherry, boconccinos y albahaca fresca, un clásico que conquista a la vista y al paladar.

 

 

Acompañamientos

Una picada vegetariana se disfruta en capas: primero probás un queso, luego una oliva, después un dip. Por eso, los acompañamientos marcan la diferencia:

Aceitunas rellenas o maceradas, verdes o negras, siempre aportan ese golpe salado irresistible.

Frutos secos como nueces, almendras o castañas de cajú, que dan crocancia y equilibrio.

Frutas deshidratadas como higos, damascos o pasas, para un contraste dulce-salado inolvidable.

Dips caseros: hummus, guacamole, babaganoush o una crema de queso con ciboulette. Ideales para explorar combinaciones creativas.

 

 

Panes y crackers

Nada mejor que un buen pan para levantar un queso o acompañar un dip. En la picada vegetariana no pueden faltar:

Grisines artesanales bien crocantes.

Crackers integrales o de semillas, con ese sabor rústico que encanta.

Baguette o pan de campo en rodajas finas, para untar sin culpa.

Incluso mini focaccias con romero y aceite de oliva, un lujo que lleva la picada a otro nivel.

 

 

El detalle que sorprende

Lo que transforma una buena picada en una experiencia inolvidable es el detalle inesperado. Puede ser una mermelada de frutos rojos para acompañar el queso Brie, un paquetito de pasta gourmet como obsequio sí, muchas picadas argentinas lo incluyen, o un quesito trufado presentado como si fuera un bombón. Ese pequeño gesto es el que deja huella en tus invitados.

 

 

Maridaje

Toda picada pide su copa. Para esta versión, podés acompañar con:

Un vino blanco fresco, como Sauvignon Blanc o Chardonnay.

Espumante brut, que aporta burbujas y elegancia.

Cerveza artesanal rubia o de trigo, que equilibra vegetales y quesos.

Y para los que prefieren sin alcohol, limonadas caseras con menta o jengibre, que suman frescura y chispa.

 

 

Conclusión

Armar una picada vegetariana argentina es mucho más que reemplazar fiambres. Es reinventar la tradición con creatividad, color y sabores intensos. Con quesos de primera, vegetales preparados con amor, frutos secos, dips irresistibles y un detalle especial, vas a lograr que tu mesa brille.

Porque al final, la picada no es solo lo que se come: es el ritual de compartir, de detenerse un rato y disfrutar.





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